sábado, 15 de agosto de 2020

Oportunidad

  He llegado aquí de nuevo, al paraje donde solo las palabras pueden desahogarme y ayudarme a sentirme un poco mejor. Es triste que vuelva acá después de mucho y de tanto, y es triste porque realmente confirma que la soledad, la tristeza y la incertidumbre son la fuente de la cual emana un don que se me da para hacer arte. 

El tiempo, pasado, presente y futuro, ya lo ha dicho Mario Mendoza, no son mas que metáforas maleables de una misma curva, el ayer y el mañana se precipitan en el hoy. Queda resumido el tiempo en el ahora, porque el pasado y el mañana, no existen, solo vivimos en un continuo presente que no se apiada de nosotros, de lo que sentimos ni de lo que vivimos. Y es que a veces nos deja navegar por el sin tener una luz que nos ayude a dirigir en el camino, al plantear expectativas sobre algo que ni siquiera hemos podido palpar. Expectativas que no son mas que el reflejo de nuestra endeble condición humana que llevan a la imaginación sobre la ficción, aquel espacio donde todo es posible, en el lugar en el que las cosas o las personas están al alcance de nuestras manos, sitio donde nuestros sueños mas profundos o los pensamientos mas simbólicos se hacen realidad. Es la ficción lo que nos lleva a materializar eso que esta en ese espacio de nuestra psique que es la imaginación, traducirlo en verbo es en si mismo darle vida a eso que podemos llegar a imaginar, eso da razón del porque la imaginación se ha materializado en libros y películas representada como un sitio en medio del caos y la desolación, y es que de verdad tiene sentido, tiene todo el sentido del mundo, por que allá se queda todo lo que no hemos podido hacer realidad. 

Esta reflexión sobre el tiempo, las expectativas y la imaginación, hacen parte de un entramado que busca encontrar una respuesta. Y hacen parte de este enrollo porque son necesarias para comprender esta necesidad de escribir, y no simplemente dejar ir y olvidar como a cualquier otra cosa o persona en la vida.

El tiempo es indispensable porque es relativo, al serlo permite que no haya un tiempo establecido para las cosas, es decir, nadie puede medir o calcular algo a través del mismo, porque este es diferente para cada uno, es por eso que por ejemplo el gusto o el interés puede evolucionar muy rápido para unas personas, y muy lento para otras. En ese mismo sentido, no hay expectativas apresuradas, porque son el producto de una imaginación que ha sido estimulada por emociones y sentimientos para producirlas.

De eso se trata este embrollo, de algo que no quiere quedarse solo en expectativas, porque quedaría fijado en medio de una ilusión que no tiene mucho sentido si se mira de lejos, pero que puede encontrar razón si se mira de cerca.  Cuando se acerca la lupa sobre esas expectativas, se ven momentos, momentos que se caracterizan por tener un alto contenido de felicidad, pero por ser profundamente simples, es decir, se ve la puesta de un sol con dos personas frente a un lago cogidas de la mano, luego ven a esas mismas personas compartiendo una película que les causa algo de gracia, seguido de eso se ven una serie de momentos parecidos a esos que evocan viajes, noches enteras, amaneceres esplendidos, experiencias nuevas, y también simples caminatas por la ciudad.  Y se empieza a sentir esa necesidad de cumplir esas expectativas, de hacer realidad aquellos pensamientos productos de la imaginación. Pero aparece la cruenta y dura realidad en donde una mala pasada cometida en ese presente continuo de nuestro acontecer, nubla el futuro, y deja de lado expectativas como aquellas que se han planteado. Es claro que no hay afán por hacerlas realidad, solo persiste un miedo que te hace pensar en que no podrán materializarse. 

Ese miedo persistente deviene precisamente de lo que se quiere, de lo que realmente importa, y lo que importa es aquel cariño y estima que ha logrado generarte en este tiempo, y bueno es que resulta difícil que un tempano de hielo que ha sido tocado por el calor de una llama que solo desprendía cariño, vuelva a ser un hielo, porque ha quedado derretido ante esta llama que ya no le quiere o no le puede brindar ese cariño, y es que en definitiva, a este tempano de hielo le paso lo mismo que le paso a Ícaro, se acerco tanto al sol, que este lo termino quemando.

No quieres insistir mas de lo debido, porque no quieres causar molestias o incomodidades, pero es que realmente quieres hacer esas expectativas realidad, quieres tener el chance de ser feliz y de hacer feliz a alguien una vez mas. Solo necesitas una oportunidad, una en la que ese continuo presente te de espacio para hacer las cosas bien, para que no haya duda a lugar que pueda interferir en la realización de esas expectativas. Para que ese hielo que se derritió se funda con esa llama, y solo quede de ellos el vapor, ese que los hará fluir y volar por donde quieran, pasando a un estado gaseoso que los haga mutuamente libres. 

Tanto quieres hacer esas expectativas realidad, que ya parecen anhelos, mismos que estas dispuesto a hacer realidad a como de lugar, sin importarte que para materializarlos tengas que esperar y ser paciente o tengan que pasar a la ficción, solo no quieres que se queden allí, en ese espacio desolado de la imaginación donde los sueños y las ilusiones se pierden. Ya que no quieres quedar como el señor de un vídeo que alguna vez viste, en el cual se topaba con una chica en un autobús, empezaba a hablar con ella, salían, se enamoraban, se casaban, tenían una familia y morían juntos, y todo esto era producto de su imaginación porque nunca fue capaz de hablarle en aquel autobús. 

Estas convencido que si no se hacen realidad, estas expectativas servirán en la ficción, porque siendo realidad sera una hermosa historia por vivir, o siendo ficción sera una bonita y excelente historia que contar.